miércoles, 26 de noviembre de 2008

Semos diferentes


martes, 11 de noviembre de 2008

Feliz día de nariz verde

Hoy, al salir de la facultad, nos hemos encontrado una caja de cartón llena de narices verdes de payaso. Así, sin vigilancia. Todo el que pasaba cogía una. Yo, haciendo uso de una de mis garras, me he hecho con seis. No sé para qué las quiero o para qué las voy a usar, pero el caso es que me han salido gratis. Tampoco tenía pensado ir a los chinos o a una tienda de disfraces y gastarme las perras en narices verdes de payaso, pero ahora tengo unas cuantas. En el caso de que pierda una o se me rompa, me quedarán cinco de repuesto.

En un papelito que había dentro de la nariz (buen lugar, por cierto, para guardar chuletas en épocas de exámenes) ponía que no era recomendable para menores de dieciséis años. No entiendo cómo alguien mayor de 16 años le puede ver la gracia a llevar una nariz verde de payaso. Bueno, el alcohol es capaz de hacer que juegues con la Nintendo 64, o sea, que ya tiene explicación. Se podía leer lo siguiente: "Este producto no es un juguete. Mantengase (lo han puesto sin acento, los analfabetos) fuera del alcance de los niños. Recomendamos supervisión por parte de un adulto."

A lo mejor todas esas narices verdes de payaso tenían dueño. Puede que fuera alguien tan confiado como para dejarlas ahí en la puerta. "Me dejo aquí las narices para la despedida de soltero de mi primo, que llevarlas todo el día de un lado para otro es un coñazo". Pues, querido amigo, como muy bien decía mi padre: "Te has quedado sin narices como yo me quedé sin abuela."

Cambiando de tema, la semana pasada se estrenó Quantum of Solace, la nueva película de James Bond, alguien que, de una película a otra, ha cambiado de edad, de color de pelo,... ¿Un James Bond negro para la próxima? ¡Yes, güi can! El caso es que traer a Valencia a los actores, director, etc. costó unos cien mil euros, que se dice pronto. Yo, sólo con ver el título y el póster de la película, me ahorro hasta los seis euros de la entrada de cine. ¡¡¡Que estamos en crisis!!!

"Cuánto sol hace" es una película que cuenta con gran dramatismo el sufrimiento de un hombre que acompaña a su chica "de tiendas". En el cartel ya se observa que a James no le mola ir a tiendas femeninas y que su chica se está empezando a arrepentir de haberlo sacado de casa. Bond, James Bond, junta las dos medias neuronas que tiene para, cual niño de seis años discutiendo con su madre, intentar escaquearse de ese suplicio. Empieza diciendo "¡Jo, cuánto sol hace!" y cuando su chica le contesta "Te jodes y bailas", se acaba la película.

¡Feliz día de nariz verde y que el Maestro Marama os bendiga!

sábado, 1 de noviembre de 2008

Maestro Marama, vidente y cazafantasmas

Abro este blog para escribir todas las gilipolleces que me pasan por la cabeza y, en ocasiones como ésta, las que me pasan por las manos.



La semana pasada me encontré este papel en el buzón. Una fuerza superior (o quizá el propio maestro Marama) quiso que lo perdiera, pero el otro día encontré otro. Este hombre amigo de lo sobrenatural, por lo que el dibujo de la izquierda sugiere, cobra en granos de café o en kikos. No lo sé muy bien, pero, en ambos casos, es de agradecer en estos tiempos de crisis que corren.

Este superhéroe del mundo real ha venido para ayudarnos con absolutamente cualquier problema que tengamos, y hasta funciona a distancia, como el wifi. Puede poner a tus enemigos de rodillas (no quiero saber para qué en esa postura), hacer que te toque la lotería, e incluso DESINTEGRAR A LOS DEMONIOS DEL INFIERNO!!!!! Es un poder que lo convierte en alguien digno de aparecer en los juegos de rol. "Maestro Marama, desintegración infernal!!!!" es una frase que se debería oír en los patios de todos los colegios, en todos los torneos de cartas de Magic y en la casa de todos los frikis. Para mí que este tío es Winston, el negro de los cazafantasmas, que se ha hecho llamar Maestro Marama (que pasa consulta en M&M's) para pasar desapercibido.

Tiene los espíritus más rápidos y poderosos, pero que trabajan cuando quieren. A veces lo hacen al instante y a veces tardan cuatro días, según las ganas de currar que tengan. Ah, dice "hablo francés y español", pero se le ha olvidado "pero me paso la puntuación por el arco del triunfo en cualquier idioma". Claro, ¿quién le va a decir nada a alguien que puede desintegrar a los demonios del infierno?

Hay quienes, en la entrada de su casa, tienen un cartel que pone "Dios bendiga esta casa," Y yo me pregunto: Dios sí, vale, pero... ¿y el maestro Marama? Reflexionemos.